- Melchiorre Gerbino
- director de la revista Mondo Beat
VAFUSEX: Vandálica Furia y Sexo.
- Manifiesto de la Contestación Vandálica contra el Vaticano -
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Aunque Hiroshima y Chernobyl nos enseñan que las páginas de la historia giran cuando se producen eventos nucleares,
todavía yo no deseo una destrucción nuclear de la Ciudad del Vaticano, porque resultaría una destrucción
parcial de la Iglesia Católica Apostólica Romana, mientras implicaría un genocidio de inocentes y una terrible
catástrofe ecológica. Creo que lo mejor sería una destrucción vandálica de la Ciudad del Vaticano y
de las estructuras macabras que La Prostituta tiene diseminadas por el mundo.
¿Por qué estoy sugiriendo una acción vandálica contra el Vaticano? Primeramente porque yo mismo soy
vándalo, llegado a Sicilia desde Djerba hace 1600 años, y además porque, si yo hubiera sido ostrogodo, la
hubiera imaginado todavía vandálica, siendo la Contestación gestual por su propia naturaleza y siendo la
iconoclastia vandálica la mas acorde con ella (¿quién no quisiera estar en el lugar de aquella persona que
llegara primera a la Piedad empuñando una maza?).
Que El Contestador no sea todavía homicida, no solo por las bien conocidas y siempre válidas razones de la no
violencia, sino porque el debe activar una vena sádica intelectual que le incentive la creatividad vandálica. Me
explico con un ejemplo: produce más inspiración vandálica el observar a un pobre diablo (digamos un Gianni De
Pincopallino) quién va espiando para el Vaticano, cuyos curas lo sodomizaron en su juventud, que la que produciría
verlo muerto.
Por esto que la Contestación Vandálica Global contra el Vaticano se manifieste por acciones no homicidas, sean
individuales o colectivas, organizadas o improvisadas, públicas o secretas.
Que el Contestador no cree estructuras, sino que ocupe las ya existentes, confiscando a la Iglesia Católica Apostólica
Romana y las transforme pronto en centros eróticos-libertarios, abiertos a cualquiera, sin control de ningún tipo:
centros provisionales y precarios que acaben vandalizados, no importa si por la policía o por los mismos Contestadores.
El Contestador debe recordar que la principal característica de la Contestación es la sexual, ya que la
Contestación es revolución y no hay verdadera revolución sin revolución sexual. Por lo tanto que la
Contestación Vandálica Global contra el Vaticano sea orgiástica, para que se conteste de manera inequívoca
y teatral la estafa del SIDA. Este fraude ideológico y económico, con el que se mortifica la libertad sexual, y dinero
se toma de quienes son reprimidos, fue concebido por el Vaticano y las compañías multinacionales.
Los Pioneros de la Contestación Vandálica deben recordar que La Contestación es contagiosa y cuando supera un
cierto nivel de resistencia opuesta contra élla por él poder establecido por todos los medios posibles, entonces se
propaga como una pandemia. Por lo tanto, los Pioneros de la Contestación Vandálica deben ser lúcidos en el llevar
a cabo sus acciones contra el Vaticano, de modo que guíen el rumbo de la marea de las otras que seguirán.
El Contestador conciba La Contestación Vandálica Global contra el Vaticano como creatividad destructora en devenir,
hecha de actos originales e irrepetibles, así que ningún cardenal o policía pueda predecir lo que podría ser
tramado por cualquiera.
El Contestador Vandálico absuelve a la función histórica de sabotear a las celebraciones del Funeral del Hombre
Clásico, durante el cual la Iglesia Católica Apostólica Romana, despues de casi dos mil años, sacrifica los
recursos de los vivos para honrar al Muerto.
El colapso de la Iglesia Católica Apostólica Romana esta en la lógica de los eventos que deberán ocurrir,
porque inevitablemente en el mundo surgirá un nuevo orden.
Por lo tanto, el Contestador Vandálico sea flemático hasta que llegue su momento, y cuando el momento llega,
hierático en devastar.